ISMAEL LOrekin irakurri nahi baduzu ...
Kaixo, el 22 de diciembre mirando a Adarra y viendo la tarde tan estupenda que hacía no pude evitar su llamada.
No se porqué pero hay veces que siento un deseo de ir allí que no lo puedo evitar, la tarde era preciosa, limpia, sin nubes ...
Desde casa notaba que me decía que subiese, que iba a ver un paisaje sorprendente, un atardecer con multitud de colores, fuertes y suaves,
que me lo iba a pasar estupendamente.
Además, me venía bien, había que hechar la txistorra de ayer, el dia de santo Tomas.
No pude más, cogí la mochila, los bártulos de foto y allí me fuí.
Metí una linterna en la mochila, me daba la sensación de que iba a oscurecer en seguida y no me iba a dar tiempo a bajar con luz.
En seguida llegé a Besabi. Me puse las botas, la mochila y, sin pensarlo, empezé a subir esa aldapilla hasta Montefrió que, algunas veces
y, como está al principio, se atraganta.
Iban apareciendo colores muy bonitos, suaves, ya tenía la cámara a punto y aproveché para sacar un par de fotos ...
... Besabi, Donosti ...
... las ovejillas ...
Iba subiendo viendo colores, cómo cambiaban según bajaba el sol, estas horas son muy bonitas.
Iban apareciendo las brumas, Ernio allí al fondo ...
El sendero, tantas veces subido, cambia otra tantas cada vez que voy por ahi. Siempre es distinto.
Me meto en el hayedo, al bajar por aquí, no vería nada, tendré que colocarme la linterna.
El sol se cuela entre los troncos.
Una tontería.
Pronto oigo la erreka por la que tengo que ir, tiene poca agua para esta época del año, pero ya tendrá más ...
Sólo la oigo a ella, no hay nadie, tranquilidad total.
Salgo del bosque y llego al collado, miro atrás, y alli está, como siempre, el Aballarri.
Le esta dando el sol del atardecer.
El sol ilumina parte del valle, en Ernio e Izarraitz todavía están de dia.
Aballari y Onyi, algún caballo queda en la sombra, estarán todo el invierno por esta zona.
Llego a la cima, estoy algo axfisiado, he subido demasiado rápido para tener el máximo tiempo posible de estar allí arriba.
Además subiendo no hacía nada de frio, se notaba el sol.
Ernio.
Txindoki, elegante como siempre. También Tuturre, Irumugarrieta, Aldaón ... una maravilla.
jaizkibel.
Urdaburu, Aiako Harria, Larun, Bianditz y muchos más.
Una panorámica hacia el Norte y Este.
Pulsa en la foto para verla en grande.
Hacia el Oeste el sol empezaba a pintar el horizonte. Me acordaba de lo que Adarra me decía en casa, no me defraudó,
me ofrecía este impresionante cuadro.
Media vuelta, la sombra de la cima iba oscureciendo Urdaburu pero todavía Aiako Harria estaba iluminado y cambiaba continuamente de colores.
Me di la vuelta otra vez, los naranjas me inundaban.
Que agusto estaba, ya no hacía calor, el airecillo sur se notaba en las orejas pero estaba tan bien .. había que aguantar un ratillo más ...
Iba oscureciendo rapidamente, había que dar otra vueltita por los alrededores antes de bajar.
Rodeé la cima, y allí aparecio Donosti, casi estaba a oscuras pero el horizonte empezaba a dar unos tonos suaves, preciosos.
Todavía el sol andaba por allí, me negaba a bajar.
Aiako Harria, colores pasteles, me senté en la hierba 5 minutos a admirar ésto, suerte de estar allí en esos momentos ...
Al otro lado todo eran colores más fuertes.
No se oía nada, a estas horas hay una tranqulidad especial, se nota ...
Que cosa tan bonita, suave, suave ...
Aballarri, Jaizkibel ...
Hacia el otro lado.
Y otra vez vuelta.
Sin querer entré en el bosque, ya con poca luz.
Los alerces se marcaban en el cielo ...
Y también las ramas de las hayas ...
En el collado y entre los árboles, noto los últimos colores y las luces de los pueblos se empiezan a ver.
Pero el anochecer sigue su curso.
Según bajo empiezo a oir ruidos, diversos animalitos salen para sobrevivir, mi tiempo de estar en estos lugares acaba,
ahora les toca a ellos.
Ya en pleno bosque casi no se ve, tengo que mirar un poco hacia arriba para ver luz.
Tengo que ponerme la linterna, es una gozada andar por estos sitios, tantas veces recorridos, a estas horas.
Al final veo el agua que empapa las piedras del sendero, me muestra el camino por el que tengo que ir.
Al fondo distingo las luces de otro pueblo, ya totalmente de noche aunque son casi las seis de la tarde.
Cerca de Besabi salgo del bosque y se abre el horizonte, sige impresionante.
Ernio, como siempre ...
Izarraitz.
De repente veo las luces de Urgull a la derecha, pero también las de Besabi, ahi abajo, ya cerca.
El refugio donde me tomaré una estupenda cervecita pensando en la suerte que he tenido en estar a estas horas en estos lugares.
Adarra no me ha defraudado, hace un rato me decía lo que iba a ver y, efectivamante, no se ha equivocado, una maravilla.
Dentro de poco, el uno de Enero, volveré, habrá más gente, más jolgorio, pero ésa es otra historia.
Agur.
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